viernes, 4 de julio de 2014

Plaza Roja





Ahora va a decirme “que-ya-está” 
“que-todo-vuelve”. 
“Que todo-vuelve”   
vuelve a decirme 
y no mira.

Grises las manos, el pelo
y la mirada.
Alguna vez los ojos parecieron miel. 

Afuera, 
doce sifones azules y naranjas;
los tomates “que-vinieron-lindos-este-año” 
y un puñado de sal para combatir babosas.
El pasto que ayer cortó,
y al costado, y vertical,
la pileta que antes fue profunda.

Cuando empiece la primavera 
otra vez la foto que no va a tomar.
Y me muestra: 
“pero-vos-decime-si-no-es-para-fotografiar-pero”

 Por la noche,
apagar la luz de afuera. 

Afuera,
el ruido de las botellas que se amontonan adentro.
El vecino que hace sonar su portón, 
“no-sabe-si-mañana-pasará-el-camión-de-residuos” 
- hasta-mañana 
y el beso que le doy a veces me sale gris.