Antes quiso, pero se desparramó
en el suelo
poquito antes de la cita con el neurólogo.
- ¿el neurólogo? –pregunta-
mientras repite ruidosa la caída.
Por eso hoy vino de pantalón:
Toda estropea, una
pierna de cada color –dice-
De adentro llega lo que a ella le gusta,
le parece que baila, pero está quieta.
Lo suyo ya pasó
–repite-
La ventana y el corazón están abiertos
que la pasen a buscar.
Sabe que allá él la
espera.
El sentirse acompañada
es la certeza señera del día.
Le parece que baila, pero está quieta,
y con la mano extendida
traquetea el aire de otra canción.